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mayo 07
Laboratorios (III)

Laboratorios de fabricación y metrología


 

Bienvenidos de nuevo a esta serie de entradas sobre los laboratorios de ICAI. En esta ocasión, os voy a hablar sobre dos laboratorios muy relacionados. Los laboratorios de fabricación y de metrología. 

Pero no puedo empezar a hablar sobre los laboratorios sin primero hablar sobre la asignatura que los abarca. Una asignatura que los industriales vemos en 4º, y que los electromecánicos verán en 3º, llamada tecnología de fabricación​ o ingeniería de fabricación. Una asignatura que a muchos nos encanta, pues aprendemos las operaciones más básicas de fabricación, como el torneado, el fresado, el rectificado... Y si mal no tengo entendido, también a soldar... Pero no pistas de estaño, sino soldaduras MIG y TIG, a lo grande.

El laboratorio de fabricación

Podemos dividir este laboratorio en dos aulas, en una de ellas tenemos las estaciones de soldadura, tornos paralelos convencionales, rectificadoras, fresadoras, amén de un montón de cacharros que todavía no sé para que sirven.

El otro aula es más futurista. En ella se concentran otros muchos aparatos que se caracterizan por ser programables. Tornos de control numérico, el brazo robot Puma (que los alumnos de robótica aprenden a programar), máquinas de prototipado rápido... 

Pero vamos a lo importante. ¿Qué hacemos en este laboratorio?

Una típica sesión en laboratorio de fabricación consistiría primeramente en una introducción por parte del profesor a la máquina que toque usar, seguida de una demostración por su parte, y acto seguido se reparte a los alumnos el plano de una pieza y un cacho de aluminio en bruto. Y poco a poco, operación a operación, se debe acabar a las dos horas con una reproducción fidedigna de la pieza representada en el plano.

Mientras tanto, el profesor, en mi caso un maestro de taller, nos cuenta cien mil cosas sobre las máquinas que usamos. Podemos decir que es un laboratorio donde hay que mancharse las manos, sentir la fuerza de las máquinas... y donde se aprende mucho.

 

En el otro aula, como he dicho, tenemos las máquinas más avanzadas, y en ella aprendemos a programar los tornos de control numérico. En este aula podemos encontrar un enorme robot PUMA, típico de las cadenas de montaje de muchísimos procesos industriales. Los compañeros de la rama mecánica aprenden a programarlo, aunque es muy probable que con la entrada del grado, también lo hagan los electrónicos.

Por último, en este aula podemos encontrar las máquinas de prototipado. Yo tuve la suerte de poder fabricar un prototipo de compás que diseñé junto con un compañero para una asignatura de libre configuración. Puedo dar fe de la increíble versatilidad de esta máquina. Algo así como una impresora, pero en tres dimensiones, y que te permite reproducir cualquier cosa que te plantees.

El laboratorio de metrología

En este laboratorio descubrimos la cruda realidad de que las cosas no son lo que parecen. Donde antes había 4cm, ahora hay 4.00322 cm, y que no son lo mismo. Bueno, todo depende de la aplicación, claro está. Pero en este laboratorio, el tamaño sí importa, aunque hablemos de micras (una micra=división de un milímetro en mil partes). 

Para conseguir medir estas rídiculas diferencias, el laboratorio dispone de diversos instrumentos de precisión, casi todos de la marca Mitutoyo. Perfilómetros, máquinas de visión, rugosímetros, brazos de medición 3D... Precisamente este último es el que más me alucina. Se trata de un brazo con 6 grados de libertad capaz de reconocer formas y figuras y medir muchísimos parámetros dimensionales de cualquier pieza. Incluso he llegado a ver cómo este brazo era capaz de reconstruir en 3D la mano de una persona, simplemente palpándola con la punta de cuarzo.

IMG_0113.jpg

Es un laboratorio que no suele gustar demasiado, pero la metrología es una disciplina muy importante, sin la cual el proceso de fabricación se queda completamente cojo.

Como apunte para los próximos estudiantes que pasen por este laboratorio, debo recordaros que se debe llevar bata a estos dos laboratorios, por vuestra seguridad, y porque seguramente prefiráis mancharos la bata de taladrina que no vuestro jersey favorito. 

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